viernes, julio 08, 2005

La guerra de las galaxias. Una nueva esperanza. Episodio IV

El poder del consumismo ha hecho de mí un comprador empedernido de productos con lo que sin ellos mi vida sería más o menos igual. Pero dado que ya estoy atrapado en esta famosa rueda, pues tendré que aceptarlo y disfrutar con ello. Mi última adquisición, las primeras películas de la guerra de las galaxias, con las que George Lucas nos maravilló en la infancia.

La película trata sobre un tal Luke Skywalker, que se encuentra en un planeta perdido en un extremo de la galaxia. Hasta tan inhóspitas tierras llegan unos vendedores de droides robados, que traen consigo a una especie de bote grande Colón (R2-D2) y a otro chapado en dorados (C3-PO). Tras las presentacíones iniciales, R2-D2 parte a buscar al que suponen que es su amo, un antiguo Yedi llamado Obi-Wan Kenobi. Y partir de este poquito, comienza una de las sagas más conocidas del cine. Ahí es nada.

En esta primera entrega se nos presenta a un Luke con gran parecido con su padre, deseoso de buscar aventuras y con grandes aptitudes para la Fuerza. Los droides tienen un gran protagonismo, el cual se echó de menos en las tres iniciales. Son geniales y deben salir más, aunque a C3-PO estés deseando que lo desmonten. La princesa de las ensaimadas en las orejas es un poquito estúpida, y claramente debería haber caido ella en el planeta de Luke, a ver si se le bajaban los humos. Lo que más me sorprende de esta, es que Dark Vader es un segundón, muy alejado de lo que se esperaba tras las primeras entregas. Aunque a medida que avanza, va tomando más y más poder.

Resumiendo, que la película es de las que hay que ver, y si tienes posibles, tener en nuestra videoteca. Eso seguro.

Besitos.

P.D: Se me ha olvidado contar que luego sale la Estrella de la muerte, que es ese asteroide tan malo que destruye planetas.
P.D.2: También sale Han Solo y Chuguaka (como se escriba) que tienen su gracia, por supuesto.
P.D.3: El enganche de esta con la anterior (La venganza de los Sith) está ligeramente cogida con pinzas, aunque la verdad, ¿a quien coño le importa eso? Es una saga del copón y punto en boca.

No hay comentarios: