Rebobine, por favor

Duración: Poco más de hora y media.
Estreno: 11 de abril de 2008.
Espectadores: 50.604 de seres humanos, según fuentes oficiales
Viendo los datos de los espectadores, me da mucha pena que ciertas películas pasen desapercibidas, mientras que otras de peor calidad, sean vistas y re-vistas hasta la nausea. Evidentemente manda la ley de la oferta y la demanda, pero da pena que tengamos que enterarnos por medios especializados, o por mera casualidad, de estas pequeñas perlitas cinematográficas.
La película trata sobre un pequeño videoclub de barrio, que se resiste a los cambios. Cambios como el paso a DVD, o simplemente una oferta de películas actualizada. El edificio sobre el que está el local, además de ser histórico por haber vivido un famoso músico de la ciudad, va a ser destruido para contruir modernas casas. En estas, el dueño se tiene que ir por motivos familiares, con lo que deja a dos ineptos al cargo de la tienda.
De vez en cuando te encuentras con pequeñas películas como esta, que de un modo sincero, te muestran un cine que gusta. Una primera parte simpática, con buenos chistes y escenas graciosas, dan paso a un final de esos emotivos para dejarnos bien tiernos para la escena final. Sin mayores estridencias, casi de puntillas, esta película pasa por la retina para dejarnos un sabor de boca buenísimo. Y esa sonrisilla de que hay un mundo mejor, y que lo tenemos cada uno en el interior. Qué cosas.
Resumiendo, película sobre un par de tontos que deciden "suecar" películas famosas tras perder las originales. Divertida, muy original y con su toque emotivo final, conforman una magnífica película que hay que coger del videoclub. En VHS si es posible.

Besitos.
Trailer