domingo, agosto 07, 2005

Steamboy


Decididamente, prefiero las películas de animación que las de personajes reales. Y si son orientales los directores, mejor que mejor. Los decorados que proponen, los guiones que hacen y las bandas sonoras son preciosas. Y puedes ver volar a los personajes en cacharros inimagiables pero creibles, no como en las películas con personas que sueles ser más crítico hacia los desafíos a la física. Y hay ciertos directores, de nombres que no puedo memorizar, que son auténticos dioses.

La película trata sobre una saga familiar de inventores. Inicialmente, el padre y el abuelo inventigan algo en Alaska. Sufren un accidente del que no se sabe nada más, pero que parece grave. El hijo, unos años después, recibe un paquete de su abuelo que trae un extraño objeto metálico. Desde este momento cambia su vida, dado que le persiguen dos bandos diferenciados, por un lado una fundación superpoderosa y rica, y por el otro lado la Real Armada Británica. Y todos contra un chavalín de unos 15 años. La cosa promete.

Como siempre, los decorados, paisajes, personajes, música etc, son perfectos. La película está basada en la época Victoriana en Inglaterra, concretamente en la expo universal que hubo en Londres en 1886. No entiendo como un oriental ha hecho unos decorados y un ambiente tan preciso de la europa de fin de siglo XIX, son increibles. Sólo tiene un pero la película, y es que no puedes identificarte con los personajes. Son cada uno más odioso que el anterior, y se quedan en un nivel muy distante del espectador. Por ello se hace un poquito larga en algún momento, pero quitando este pero, es muy recomendable, aunque sólo sea para ver los escenarios inventados.

Resumiendo, la película es altamente recomendable, pero muy alejada de maravillas como El viaje de Chihiro. Una cosita, la película es para adultos, no para niños. A los más peques posiblemente les de miedo.



Besitos.

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