sábado, marzo 01, 2008

La guerra de Charlie Willson

Director: Mike Nichiols
Duración: Hora y media.
Estreno: 22 de febrero de 2008

Hoy me contaba mi querida suegra que el otro día fue al dentista. En la puerta, cuando llegaba ella, llegó un coche enorme, con aspecto de estar blindado. Se bajaron unos señores grandes y fuertes (ummmm, hoooombres) y examinaron la zona, el portal y la escalera. Sólo cuando dieron el visto bueno, llego otro coche idéntico, del que se bajó un señor mayor al que ella no había visto en la vida, en ningún medio de comunicación. Esos son los que realmente mueven los hilos del mundo, no los que todos conocemos.

La película trata sobre un congresista de los Estados Unidos llamado Charlie Wilson. No es precisamente el más virtuoso de ellos, más bien es un lujurioso (me encanta esa palabra), pero todo el mundo le debe favores. Total, que gracias a la sexta mujer más rica de Texas, se da cuenta que el pueblo afgano necesita dinero para su guerra contra los rusos. Con la ayuda de una especie de Torrente americano, experto de la CIA, se propone armar a los muyaidines.

Estoy en un estado de shock, mezclado con una gran indignación. Se que tengo años para que estas cosas no me pasen, pero me siguen pasando. Y es que la historia que cuentan, real como la vida misma, es absolutamente brutal. No hacen falta actores buenos para que funcione. Pero es que los tiene, con lo que nos encontramos antes una película muy buena, con grandes actores metidos en una sobresaliente historia. Evidentemente, el resultado es tremendo.

Resumiendo, película sobre cómo los EEUU ayudaron a los afganos en su lucha contra la URSS. La historia, increible, los actores muy buenos y el ritmo aceptable, aunque con baches. Imprescindible para entender como gira el mundo.

No somos nada.

Besitos.

P.D: No hay postdata.

1 comentario:

Anónimo dijo...

este tipo de películas suele ponerme de mala leche pero me gustan y esta me ha gustado,nos dejan ver un poquito de tooodo lo que debe de haber. la he visto esta
semana santa mientras mi esposo le
daba a la cerveza en el chiringuito de la playa y mi adolescente gruñia y se quejaba de
su perra suerte de estar en la playa . sigue tito , abua