miércoles, octubre 24, 2007

El número 23

Director: Joel Schumacher
Duración: Hora y media bien servida.
Estreno: 20 de abril de 2007.
Espectadores: 497.512 de seres humanos.

Madre que rayada con el número 23 de los cojones. ¿Sabíais que a Julio Cesar le metieron 23 puñaladas? Que ensañamiento, oye. Seguro que le tenían manía, por que darle tantas no puedes decir que es un suicidio, ni siquiera que fue sin querer. Bueno, y ya cuando pensé que tenemos 23 pares de cromosomas, los vellos como escarpias se me pusieron. Y diréis, ¿qué ha tomado el Tito para decir estas cosas? Nada, hijos mios, nada que no sea habitual, claro. Lo que pasa que me pasé toda la película buscando el número 23 por todos los lados. Que obsesión más tonta.

La película trata sobre un tipo que se obsesiona con el número 23. Ole, para que luego digáis que no se sintetizar.

Si le quitásemos a la película la obsesión que puede generar en el espectador por el número 23, ciertamente quedaría bastante flojota. Pero tiene un ritmillo muy adecuado para evadirte a pensar cosas que sumen 23, o en su defecto 32. Otro ejemplo, mi seudónimo para escribir es "Ramiro Povedilla Céspedes" que casualmente suma 23 letras. En dos días me tatúo el 23 en la frente, bueno, no, a ver si se me sube alguno a la chepa gritando "A Plaza Castilla". Bueno, que la película es muy curiosa de ver, pero sólo por la anécdota del 23. Si no fuese por esto, resultaría aburrida, dado que la obsesión de protagonista no se llega a entender del todo. Y eso de poner dos historias en paralelo me marea.

Resumiendo, diez dedos de la mano, diez dedos de los pies, más la picha y los cojones suman 23. Raro es que no referencien este dato en la película. Merece la pena verla, aunque no tengais grandes expectativas.

Además voy en contra de mi medio calabacín, que dijo que vaya mierda. Hoy duermo en el sofá.

Besitos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Richi:

Sin duda alguna es uno de los más grandes fracasos que he visto en el cine, y que lástima que sea del gran Joel Schumacher.

Saludos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Esta es la quintaesencia de mi amigo tito y su crítica salvaje y golosa...
No cambie usted.
Un abrazo.