Las crónicas de Riddick
Director: David Twohy
Duración: Más de 2 horas, que era el corte del director.
Estreno: 24 de agosto de 2004.
Espectadores: 873.743 seres humanos.
¿Quieres ver al señor Diesel con una peluca como el Melendi (con menos alcohol en la sangre)? Pues claramente esta es tu película. Qué mal le quedan a este mozo las greñas, tras conocerle de siempre como el culito de un bebé. Por cierto, tengo un becario en el curro, el pequeño espartano, que se parece bastante a este tipo. Estoy por preguntarle a ver si es hijo de Vin y me contrata para la próxima película. Quien sabe.
La película trata de un tipo con los ojos como con cataratas y más fuerte que el vinagre que está retirado en un planeta lejano. Un buen día le persiguen unos mercenarios, que le quieren capturar por que un tipo paga una bestialidad por él. Así que tras despacharlos con la punta del cipote, decide ir a ver a ese tipo que tanto paga, para ver si es que le debe dineros o qué tripa se le ha roto. Cuando llega allí, los nocróferos, también llegan para destruir el planeta, la galaxia y el Universo, por esos motivos raros que tienen los poderosos antes de gritar muahahahaha en plan risa malévola.
Tras la origininal y sorprendente Pitch Black nos llega la supuesta segunda entrega y nos decepciona mucho. Para empezar, es segunda entrega por que el protagonista y un actor es el mismo, que si no podrían ser películas independientes. Totalmente. Yo me esperaba una continuación de la acción de la primera, pero nada de nada. El punto fuerte de la película son los decorados y en menor parte el vestuario, que le he ha dotado de un toque medieval - espacial harto curioso. Lo malo es que la acción es pelín errática, la trama ligeramente floja y el resultado mucho más largo de lo necesario.
Resumiendo, segunda entrega del musculoso Riddick, que nada menos tiene la encomienda de salvar el solito a todo el universo. Le lastra la duración, pero es un tipo de película con un público de ámplio espectro, de un cachas que mata y hace gracietas. Bastante aceptable.
Pierde mucha frescura de la original, pero gana efectos.
Besitos.
P.D: La escena de la taza de té es buenísima.
P.D.2: Da igual de qué planeta seas, siempre serás humano.
P.D.3: Para los que os interesa este dato, mi medio calabacín se durmió dos veces, distintos. Obviamente, la he visto dos veces, para variar, je, je.
Duración: Más de 2 horas, que era el corte del director.
Estreno: 24 de agosto de 2004.
Espectadores: 873.743 seres humanos.
¿Quieres ver al señor Diesel con una peluca como el Melendi (con menos alcohol en la sangre)? Pues claramente esta es tu película. Qué mal le quedan a este mozo las greñas, tras conocerle de siempre como el culito de un bebé. Por cierto, tengo un becario en el curro, el pequeño espartano, que se parece bastante a este tipo. Estoy por preguntarle a ver si es hijo de Vin y me contrata para la próxima película. Quien sabe.
La película trata de un tipo con los ojos como con cataratas y más fuerte que el vinagre que está retirado en un planeta lejano. Un buen día le persiguen unos mercenarios, que le quieren capturar por que un tipo paga una bestialidad por él. Así que tras despacharlos con la punta del cipote, decide ir a ver a ese tipo que tanto paga, para ver si es que le debe dineros o qué tripa se le ha roto. Cuando llega allí, los nocróferos, también llegan para destruir el planeta, la galaxia y el Universo, por esos motivos raros que tienen los poderosos antes de gritar muahahahaha en plan risa malévola.
Tras la origininal y sorprendente Pitch Black nos llega la supuesta segunda entrega y nos decepciona mucho. Para empezar, es segunda entrega por que el protagonista y un actor es el mismo, que si no podrían ser películas independientes. Totalmente. Yo me esperaba una continuación de la acción de la primera, pero nada de nada. El punto fuerte de la película son los decorados y en menor parte el vestuario, que le he ha dotado de un toque medieval - espacial harto curioso. Lo malo es que la acción es pelín errática, la trama ligeramente floja y el resultado mucho más largo de lo necesario.
Resumiendo, segunda entrega del musculoso Riddick, que nada menos tiene la encomienda de salvar el solito a todo el universo. Le lastra la duración, pero es un tipo de película con un público de ámplio espectro, de un cachas que mata y hace gracietas. Bastante aceptable.
Pierde mucha frescura de la original, pero gana efectos.
Besitos.
P.D: La escena de la taza de té es buenísima.
P.D.2: Da igual de qué planeta seas, siempre serás humano.
P.D.3: Para los que os interesa este dato, mi medio calabacín se durmió dos veces, distintos. Obviamente, la he visto dos veces, para variar, je, je.
2 comentarios:
Bueno, con esta peli aprendes a matar a gente con mobiliario doméstico, una habilidad bastante interesante tal como está el mundo hoy en día.
Mi medio calabacín ni siquiera permite la posibilidad de dormirse, Tito. La portada ya la echa hacia atrás. Yo la he visto. No repetiré. Tampoco me dormí, aunque alguna vez me traicionó una cabezada corta que quería ser larga... Gané yo. Adiós, my friend.
Publicar un comentario