miércoles, febrero 21, 2007

El tercer hombre

Director: Carol Reed.
Duración: Hora y media bien servida.
Estreno: 1949.

Creo que me estoy volviendo mayor a un ritmo imparable. Nada de un deterioro físico, dado que cada día estoy más visible en ese plano, ni zarandajas de esas. Lo que me dice que me hago mayor es que estoy empezando a hacer colecciones de periódicos dominicales. Si, lo confieso, estoy haciendo la colección de cine clásico que da todos los domingos el periódico ese que grapa sus páginas. Y a buen precio, oiga. Por cierto, en la sinopsis pone hasta el último fotograma, por lo que no la leais.

La película trata sobre un norteamericano que viaja a Viena después de la Segunda Guerra mundial, cuando dicha ciudad estaba dividida en 5 partes, una por cada potencia ocupante y la última internacional. Viaja a ver a un antiguo amigo suyo, pero al llegar allí descubre que ha muerto en extrañas circunstancias. Total, que como él es escritor de novelas del oeste, considera que está capacitado para investigar por su cuenta el supuesto asesinato, así que se enfrenta al ejercito al hacerlo.

Me ha encantado esta película, y eso que películas de tanta fama luego no me llegan a matar. La ambientación es sencillamente genial, con esa Viena que auténticamente estaba bastante derruida. Los actores muy buenos, de esos que me gustan a mí, con gestos muy marcados (sobretodo el duque o conde, no recuerdo bien). El guion muy sobresaliente, empieza suave, con una especie de pirado que busca a su amigo muerto, pero va creciendo hasta el climax final que engrandece el cine. Además, da una pequeñita lección de historia, que siempre viene bien. Por cierto, sale Orson Welles en un papel muy bueno.

Resumiendo, grandísima película de intriga en las calles de una Viena derruida por la Segunda Guerra Mundial. Una de las mejores películas de la historia del cine, que sigue sorprendiendo con su argumento inteligente y bien hilado. Altamente recomendable.

¿Quien es el misterioso tercer hombre?

Besitos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo mejor de esta gran película: el blanco y negro. Esta película sería impensable en color. La escena en la que el gato roza los pies del Welles es buena muestra de ello.

Tito Chinchan dijo...

Buenas,

cierto que el blanco y negro otorga una solemnidad al cine que el color no termina de dar.

Besitos.