Disturbia

Director: D. J. Caruso.
Duración: Horita y media.
Estreno: 21 de septiembre de 2007.

Disturbia, disturbia, ¿de qué me suena esta peli? Evidentemente de la ventana indiscreta de Hitchcock, aunque el parecido es simplemente argumental. Dado que como decía el maestro, no se pueden hacer pelis (o dirigir, ¿qué se yo?) ni con animales ni con niños. Eso es por que no sabía que en un futuro los adolescentes tardíos tomarían las pantallas para contarnos historias de feromonas saltarinas con prismáticos.

La película trata sobre un chaval que pierde a su padre y pasado un año no ha logrado superarlo. Por motivos que no vienen al caso, le ponen una tobillera de esas que es las pelis futuristas explotan y matan al reo, pero que en este caso nada más que avisa a la policía. Dado que su madre le prohibe cualquier diversión (del afine de zambomba no tenemos noticias), se dedica a espiar a los vecinos, y descubre cosas "distubiantes" (como lo rebuena que está la vecina).

Esto es como cuando te tomas un helado con chocolate caliente por encima, o mejor dicho, como cuando te ponen unas judías verdes con patatas. Es decir, tenemos una mezcla de ritmos que me matan. Comienza explosiva, luego se duerme para despertarnos casi al final con un buen final. Pero claro, te has comido el chocolate caliente, y el caldo de helado que queda ya no es lo mismo. Por no hablar de ese aparte de judías para sólo comerte las patatas. La intriga no está mal, pero tenemos ese rollo adolescente que no termina de gustarme (salvo que se despeloten, of course).

Resumiendo, película sobre un chaval que espía a sus vecinos y, además de descubrir lo maciza que está la vecina, cree descubrir a un asesino. Pan de semillas y miel recién hecho tostadito con un relleno de lechuga sin sal. El principio y final bien, el resto rollo.

Iba a ponerla mejor, pero me dijo la niña que era un rollo. Tengo menos personalidad que un boniato.

Besitos.

P.D: Tengo más hambre que el perro del afilador, que se comía las chispas para comer algo caliente.