martes, junio 14, 2005

El penalty más largo del mundo

La película esta demuestra dos cosas, hay actores que son graciosos por ser como son y que la realidad supera a la ficción. Fernando Tejero es gracioso porque él como ser humano es un tipo gracioso, que cuando actúa, lo único que hace es ser él mismo. Pero como le quieras sacar de ahí, mal lo lleva. Por otro lado, está película trata sobre un penalty que se tardó en tirar una semana. Hubo una vez un penalty que se tardó en tirar meses, en no se que categoría regional española.

El penalty más largo del mundo trata sobre un equipo, el Estrella Polar, que llega a la última jornada con posibilidades de ganar la liga. Este hecho es increible dado que era el peor equipo de la liga, y todo lo está consiguiendo el portero que tienen. En el último segundo del partido, cuando iban a ganar la liga, el árbitro pita un penalty, en una acción en la que se lesiona el portero. Para parar dicha pena máxima, Fernando, el portero suplente y que no ha jugado nunca ni un segundo, tiene que salir a detenerla. Y sobre esto tratan 105 minutos de rodaje.

Estas películas son de las que huelen a subvención que tiran de espalda. Puede que me equivoque, pero no creo que puedan ganar dinero con ella. Aunque, a decir verdad, poco presupuesto debe tener. La película es simpática, tampoco para tirar cohetes, pero se deja ver. Puede entenderse como una versión cutre de la Cenicienta, en la cual Fernando hace el papel de protagonista, que de la noche a la mañana deja de ser maltratado por la sociedad, para convertirse en rey por una semana. Tiene escenas muy simpáticas, como el principio, cuando sale en el banquillo echando un cigarro y tomándose una cervecita. Luego tiene ratos de sentimientos, de amor, y cosas así. Bueno, esta parte es más que previsible.

Resumiendo, que la película está bien. Que Fernando Tejero hace de lo único que sabe hacer, de desdichado y perdedor. Y que tenemos que ver cine español. Eso sí, la idea es buena, aunque se podría haber dicho en menos metraje.

Besitos.

P.D: El final es excesivo, ni los cuentos terminan así.

No hay comentarios: