domingo, mayo 01, 2005

Crimen ferpecto

La diferencia entre las películas de humor españolas y norteamericanas es una esencial y evidente. No es que sean mejores o peores, dado que suelen dar poca risa ambas, sino una más palpable (eso quisieramos, que fuera palpable). En las americanas no salen tetas ni así les maten, desde Porky´s, nada de nada. En cambio, la base de una película de humor española son las tetillas de pezón saltarín. Y os preguntareis porqué, pues no lo se, pero bien que lo agradezco, miren ustedes por donde. Otra diferencia no palpable, es que las españolas están subvencionadas y las americanas no, dado que estas últimas atraen el dinero por si solas. Cosa que tampoco comprendo.

La película de Crimen Ferpecto, trata de un personaje (Guillermo Toledo al que se le ve en pelotas) que es el mejor vendedor de la historia de la humanidad. Su siguiente paso en la vida es hacerse con la jefatura de planta de unos grandes almacenes (tipo Corte Ingles). Para ello tiene que superar a un compañero con el que se lleva a matar. Aderezando todo esto, salen muchas tías a las que se va pasando por la piedra y cosas por el estilo. Al final, las cosas se tuercen y se produce un crimen, que es más ferpecto que perfecto. Y esto es lo que os cuento.

No es que sea de mucha risa, pero alguna sonrisilla se puede sacar. La diferencia entre Torrente y esta es que mientras en la primera te ries a carcajadas (yo por lo menos) de esta lo más que puedes hacer es una sonrisilla cómplice y una arqueo de cejas. La historia no está mal desarrollada, llegando a interesar saber el modo del cual pueden salir del enredo. Los personajes no están mal, pero tampoco matan. Sale el padre del portero de Aquí no hay quien viva, lo cual siempre es de agradecer. Es de resaltar la filosofía del protagonista, que la verdad es que da que pensar. Esa parte me gustó.

Resumiendo, la película no es que sea de risa, sino de enredos. No te partes de risa en ningún momento, pero se deja ver. No será recordada por la Humanidad, pero tampoco es como para quemar al director. Digamos que puede estar bien para un día de esos tontos en los que no te apetece más que vegetar en el sofá y comer palomitas.

Besitos.

P.D: El final es subrrealista, pero con un mensaje muy bueno. Me gustó.

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