sábado, mayo 21, 2005

xXx 2

Ya me frotaba yo las manos cuando vi este tremendo título. Nada menos que una de esas de triple X, pero no una cualquiera, sino la segunda parte. Ya me imaginaba tremendas señoritas sin nada de ropa, dejándose hacer por señores de inconmensurables penes. Y lo mejor es que mi medio boniato estaba totalmente de acuerdo. Parecía estar en el paraiso. Nada más alejado y doble decepción. Por un lado, ni señoritas en pelotas ni nada por el estilo, que es una de mamporros y tiros. Por otro lado, más decepción, que mi santa se esperaba un despliegue muscular del tal Vin Diesel (tiene nombre de surtidor) y resulta que le han cambiado por un señor de color negro. Así que ella se durmió y yo me tragué todos los desafíos a la física convencional que en el film se planteaban.

La película trata de un señor que no se sabe bien de que trabaja, pero de pronto vienen unos muy malos y le intentan matar en su escondite super secreto (no tanto, claro). Dado que matan a todo su equipo, decide recuperar a un antiguo miembro de su super secreto grupo de acciones bélicas. Para variar, este se encuentra en prisión, con lo que debe rescatarlo. Una vez rescatado, comienza una búsqueda por la verdad, que nos llevará conocer los vericuetos de la Casa Blanca. Luego salen tías buenas y coches, y unos negros que los roban y los tunean, y pegan tiros y hay mucho patriotismo y cosas por el estilo. Imagino que os haceis una ligera idea de lo que hablo.

Si la primera parte nos pudo resultar interesante, perfilándonos a un nuevo heroe, esta segunda nos deja lo que se dice el coño frío. Pasar lo que se dice pasar, pasan muchas cosas, pero son a cada cual más inverosímiles. Por ejemplo, el protagonista (apodado cubito de hielo) salta desde un tejado a un helicóptero que no estaba en escena. En vez de esmorrarse con el suelo y que tengan que despegarlo con espátula, este se agarra. No se lo cree ni harto de solisombras. Y así todo el rato. El momento culminante de la estupidez supina llega cuando persigue a un tren y como ve que no lo caza, salta a las vías a más de 350, lo pone sobre los railes, saca un bazoca, le da un bazocazo al tren, incrusta el coche en él, sube al tren y se desprende el coche explotando. Y todo esto a 350 y disparándole el vicepresidente de los Estados Unidos de norteamérica.

Resumiendo, que la película es muy absurda, pero mucho, mucho. Puede ser interesante para pasar una aburrida tarde de lluvia, pero seguro que hay mejores opciones como cine de barrio (pusieron ayer una de Lina Morgan que era monja que me gustó más que de la de las equis). O sea, que esto no vale ni un pimiento.

Besitos.

P.D: El final es increible, más aún que el resto de la película.
P.D.2: El principio es absurdo.
P.D.3: El desarrollo es gilipollesco.

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