lunes, febrero 13, 2006

Tom Yum Goong (Thai Dragon)

¿El Tito Chinchan se estará convirtiendo en un crítico de verdad? Con esta película me ha pasado una cosa muy rara, dado que en vez de ir a favor de la corriente de la masa aborregada que vamos al cine en tropel, me he puesto en su contra. ¿Será esta la señal que necesitan los de fotogramas para darme la oportunidad que espero? No se, no se, veo señales.

La película trata sobre un chaval que vive en una comunidad que se dedica a rezar y a convivir con elefantes. Forman parte de unos guerreros cuya misión es proteger las patas del elefante del rey (yo creo que eso era en la antigüedad), por eso crian elefantes para el rey. Total, que en un concurso de elefantes reales, les roban al elefante y a un elefantito, lo que desencadena en un manojo de hostias continuo hasta que termina la película.

La sociedad mundial de fisioterapeutas advierte que la visión de esta película puede provocar contusiones y luxaciones a miles. Pues eso, la película en sí es un poco truño. El argumento no está nada mal, un thailandes persigue desde su país natal a Sidney a un par de elefantes, masacrando a todo el que se encuentra a su paso. No parece mala idea, no es original, pero pinta bien. Pero tiene cosas criminales, como por ejemplo el montaje fotográfico. Y es que intercala escenas fotográficas que no vienen a cuento en mitad de las luchas, lo que descentra mucho. El desarrollo se hace un poquito absurdo a medida que va avanzando la película, hasta desbordarse en la estupidez más suprema en el punto culminante. Y las peleas han perdido totalmente la frescura que mostraban en Ong Bak. Ahora sólo hay luxaciones de todas las articulaciones del cuerpo. Un par de luxaciones, pase, pero es que se pasa toda la película luxando a señores codos, rodillas, tobillos, etc. Y el final, la apoteosis de la tontería y de las luxaciones, sobretodo el ataque del elefante, que es para troncharse.

Resumiendo, luxaciones a gogo para una película de medio pelo que apuntaba alto y que se estrella cochambrosamente contra el suelo.


Mucha luxación para tan poco oriental.


Besitos.

P.D: Joder, que finalón. De verdad, teneis que verla sólo para ver a un elefante volar, ya lo he dicho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y pechis?¿Pechis no salen? ¿No luxa pechis ni muslos de jovencitas? Sospecho que esta es la razón de que no alcance las 2 estrellas, dado que casi cualquier película con guiños eróticos obtiene en este Blog una aceptable puntuación (Algo totalmente secundado por su foro).

Estuve viendo este fin de semana la película esta de las Geishas. Sr Chinchan, se hace necesario que la critique, pues me dejó algo confuso. ¿Película romántica, de aventuras, drama, heroica? Al final más o menos acerté a definir con mi novia, que se trataba de una película épica a lo Gladiator; pero en vez de héroes guerreros, eran putillas. Por lo demás, todos los típicos aspectos del género: Niña pequeña sacada de su hogar, maestra que es una leyenda del puterío, superación de la maestra, convirtiéndose en la puta más grande del Japón, rival con gran nivel de furcia para competir.. etc etc.

Me gustó ;)

Tito Chinchan dijo...

Como se nota que de tal palo tal astilla, que refinados comentarios para el nieto de un señor famoso. Los pelos como escarpias. Pechis no debían salir, dado que no me acuerdo, y es que tras el atracón de cine de Pajares y Esteso que me estoy dando, no me fijo en sutiles pechos, sino en voluptuosas tetazas!!!

La de las Gheisas estamos en ello, ya le contaré como termina el tema. De todos modos, el colmenarete ha comentado al respecto que en la película no pasa nada de nada. Hombre, que te vendan de niña para formar parte de las putas finas de Japón ya es algo, ¿no?

Besitos.